De la originalidad, el misticismo y otras chorradas...

Mi querida/o anónimo:

Como co-autora de este nuestro blog -y amiga de Bellatrix- quisiera aclarar un par de cosas.

Primero: Es bien cierto que cada uno tiene sus preferencias, personales e intransferibles como las targetas de crédito. Sobre gustos se ha escrito largo y tendido, pero nunca se ha llegado -ni se llegará jamás- a un acuerdo.

Tú dices que los nombres corrientes te parecen horrorosos y que los nombres poco comunes te parecen místicos. Bien. Sólo tengo que añadir que Nahla es el nombre de la leona novia de Simba en El rey león y que llamarse "gota de agua" no tiene nada de místico. De hecho, en Euskadi es muy frecuente llamar a los bebés con nombres relacionados con la naturaleza, nombres como "río", "nube", "pétalo de flor" o incluos "bonita mañana" traducidos al euskera. Esta es una costumbre que se remonta a tiempos inmemoriales en los que las personas se preocupaban por cosas mucho más útiles que el misticismo de los nombres y que, sencillamente, llamaban a sus hijos según las cosas que estaban a su alrededor.

También quisiera apuntar que nuestros nombres -sí, esos taaaaan feos- derivan en su mayoría de nombres hebreos que también significan cosas muy místicas, transcendentales, metafísicas estratosféricas y atomistas de esas que taaaaaaaaaaaanto os gustan a los postmodernillos guays pseudo-hippiescos con aires de superioridad de hoy en día. Por ejemplo: Marta significa "provocativa" y Sonia viene del griego -sofia- y significa "sabiduría" (de la que te falta a tí, por ejemplo).

En mi humilde opinión llamarse sabiduría es mucho más místico que llamarse gota de agua, pero si a ti te gusta Nahla, pues Nahla chica...

Segundo: Este no es el blog de la Real Academia de la Lengua Española, tú no eres miembro de la Real Academia de la Lengua Española, y el teclado en el que escribo tampoco.

Consecuencia directa de estos hechos: yo puedo -como humana que soy- equivocarme al escribir. Tú puedes -como humana/o que eres- equivocarte también al escribir y este teclado es, al fin y al cabo, un trasto que muchas veces se niega a obedecer las órdenes del que escribe. Así pues, SÍ, hay faltas de ortografía (tantas como en cualquier otro blog).

Tercero: Los famosos se rigen por modas, incluso a la hora de ponerle nombre a sus hijos. En los ochenta y los noventa se puso de moda que los famosos llamaran a sus retoños con los nombres de los estados de su país. De ahí que muchas mini-celebrities se llamen Dakota, Nevada, Winona o Minessota. Bien, llamarse Dakota puede sonar muy cool fashion de la muerte -o místico si lo prefieres, anónimo- pero tiene el mismo sentido que si tú te llamaras Pontevedra.

En los 2000 se han puesto de moda los nombres compuestos -tan apreciados en U.S.A.- con palabras de significados varios, niñas con nombres de niños y palabrejas extranjeras con alguna traducción que quede bonita. Por eso hay niñas llamadas Domingo Rosa, Honor María, Maddie Brian, Harlow Invierno ooooooooo Gota de Agua en árabe.

¿¿Misticismo?? Cero patatero. ¿¿Moda pura y dura, esa que seguro que no te cansas de criticar?? 100%.

Así pues concluyo diciendo: menos chorradas niñas y más poner los pies en la tierra, que por tener un nombre árabe, tocar la guitarrita en la Ciutadella y llevar ropa del mercadillo no eres mejor persona.

Por cierto, mi nombre significa compasiva, benéfica, misericordiosa y llena de gracia. Pídele eso a una gota de agua, querida.

Medusa dixit, y dixit muy bien.